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Las Estaciones del Amor

  • Con Sujey Alemán y Eduardo Grecco
  • Abierto a todo público. Para quien quiera vivirlo cómo proceso de auto-conocimiento y sanación. También a terapeutas
  • 4 Módulos impartidos en Marzo, Julio, Octubre y Diciembre.
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Curso Especalizado

Las Estaciones Del Amor

  • Con Sujey Alemán y Eduardo Grecco
  • Abierto a todo público. Para quien quiera vivir una experiencia de autoconocimiento y sanación
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Las Estaciones del Amor

Los ritmos de la naturaleza, afectos y vínculos

Una comprensión sistémica vincular de las relaciones y de los patrones ancestrales sobre los cuales se sustentan.

Introducción

Las estaciones del año, mas allá de su condición climática, son espacios afectivos arquetípicos. Patrones cíclicos de la vida que expresan, en sus manifestaciones, una estructura de afectos y vínculos, con una melodía, una armonía y un ritmo específico para cada una de ellos. De manera que, es posible observar cómo del mismo modo en que esta dinámica opera en la naturaleza funciona en las relaciones humanas y, en especial en lo vínculos de amor y las interacciones de pareja.

Primavera

Modulo 1. Marzo 24,25 y 26

Así, la primavera es un tiempo de renacer, de abrirse a la pasión de la diversidad y la exploración, el magnetismo de las sensaciones. Es el amanecer de la pareja, del movimiento de conocerse. Pero, también, del hecho que lo que inicia puede concluir. Lo flexible dentro de la estructura, lo móvil dentro de lo quieto, la energía amorosa en expansión y ascendente. Es el tiempo donde el amor debe abrir el camino y mantener libre el paso de la energía de la vida. Es el tiempo en el cual el potencial debe florecer, los excluidos ser reintegrados, los proyectos ser formulados. Además, es la época en donde vemos a la pareja desde los anhelos, e imaginamos perfecciones que no existen.

primavera-estaciones-del-amor

Verano

Modulo 2. Julio 7, 8 y 9.

Luego sucede el verano. La pasión que consume. Es el tiempo en el cual la decepción acontece: nos damos cuenta que el otro/a no es perfecto/a. Nos damos cuenta de todo lo que no habíamos querido ver. Las idealizaciones se derrumban y el erotismo y la sexualidad intentan compensar las nuevas percepciones. Los órdenes de la realidad se imponen y aunque sea duro para las parejas es en su aceptación, la posibilidad de trasponer la prueba de este descubrimiento mediante el diálogo y la empatía. Muchas parejas se rinden, renuncian y se rompen. Han hecho conflicto del problema que conlleva la energía del verano. No han podido darse cuenta que el otro/a no es que no nos ama, sino que sólo no nos ama como nosotros queremos que nos ame. En un tránsito en donde los patrones de amor de la memoria familiar están muy activos y reclaman ser completados.      

verano

Otoño

Modulo 3. Octubre 6, 7 y 8.

Luego sigue el otoño, una época para soltar lo que ya la savia del alma no alimenta, pero también elegir a quien queremos que nos acompañe en el tiempo invernal que se avecina. También, como fruto de haber recorrido con amor los problemas de la sequedad del verano, la pareja aprende a lograr acuerdos y tener serenidad en su vínculo. Es el momento de dejar atrás memorias y tradiciones familiares y crear las propias. Durante el verano cuidamos el jardín del amor tratando que la relación no se secará y quebrara, y eso le permite a la pareja cosechar los logros de una actitud que fue capaz de vislumbrar el potencial de la relación y no sólo en las carencias. Es el tiempo del amor maduro que es capaz de aceptar las limitaciones de la relación y acumular recursos para aquello que sigue. Desapego, depuración, soltar, cortar amarras. Es el tiempo de volver a elegir desde la decisión madura.

Invierno

Modulo 4 "Modalidad Retiro". Diciembre 15, 16 y 17

Y ahora el invierno, época de serenidad, quietud, ensimismamiento. Si el verano y el otoño son estaciones en donde el otro/a son espejo de lo que no vemos de nosotros, la pareja invernal es maestría. El otro/a son maestros en nuestro proceso de evolución. Es la fase del ciclo relacional de la crisis existencial de la relación. Un tiempo de soledad y recogimiento personal, para a través de esa experiencia conectar y despertar la intimidad vincular que cada tanto se adormece.
En el periodo invernal del amor, la naturaleza de la relación parece más desconectada de la vida y del “nosotros”. Es un momento donde cada quien (y la pareja) se introvierte para recuperar fuerzas y conservar la energía esencial que los unió y que le permitirá fascinarse con la explosión afectiva de la primavera sin perderse en ella. La pareja vive “puertas adentro” y todo este proceso reorganiza la dinámica de la relación. La vitalidad deja paso a la reflexión, el ardor a la profundidad.

Retiro Presencial en Cuernavaca, Morelos en:

Hostería las Quintas

  • Hospedaje 2 noches 3 días en habitación doble.
  • Transporte ida y vuelta (Ciudad de México-Hotel)
  • 3 días de alimentos y coffee break en salón de clases
  • Kit de Bienvenida
Más información e Inscripciones

¿Qué Esperar del Curso?

Las Estaciones del Amor es un taller para vivir una experiencia de descubrimiento personal sobre las relaciones, el amor y el desamor.

¿A quién va dirigido?

A todos. Solo se necesita estar abierto a la ventana de posibilidad de sanar nuestros vinculos y las memorias que los sostienen.

Dinámica de Trabajo

Los ciclos del año son una metáfora de los ciclos de la vida. Cada estación conlleva la memoria arquetípica del espíritu humano y guarda, entre sus pliegues, historias y huellas de afectos, vínculos y dinámicas parentales. Narra el misterio de la regeneración familiar, del transcurso del tiempo, del orden de la existencia, muertes y nacimientos, uniones y separaciones, exclusiones e inclusiones. Supone la presencia de una mirada optimista y esperanzadora: la muerte no es el fin, el invierno nunca es definitivo, la regeneración sucede, las tensiones de la polaridad forman parte de la naturaleza, del juego en el que participamos.

Por otra parte, los cambios estacionales conectan con temas familiares vertebrales: sexualidad, erotismo, genealogía femenina, fertilidad, sacrificios, muertes, necesidad, culpa, inocencia, traumas… De modo que, las estaciones del año son ventanas de oportunidad para no sólo llevar a cabo un trabajo personal, sino familiar, tanto sobre la familia exterior como la interior. Al mismo tiempo, son símbolos de los “climas” familiares dominantes, en cada momento y como estructuras constantes.

Todo esto nos lleva a plantear un eje de trabajo en cada estación que abarcará:

1) Las dimensiones de cuerpo, psiquismo y alma

2)Las memorias arquetípicas, ancestrales y personales

3) Los vínculos de amor y desamor 

4) Los contextos de vida.

En este eje, más allá de desarrollar una enseñanza discursiva. exploraremos, de manera vivencial, primaveras, veranos, otoños e inviernos, personales y constelares, para descubrir como las estaciones viven en nosotros y en el alma familiar. Indagaremos sobre pendientes, anhelos, potencialidades, implicaciones y embrollos propios de cada momento del ritmo estacional que, desde luego, también está en nuestro interior. Además, como las estaciones están grabadas en nuestro cuerpo, intentaremos sensorializar la experiencia: sabores, sonidos, olores, colores, texturas… Y, como, potencialmente, son experiencias espirituales, viviremos rituales estacionales que nos conecten con el alma familiar, que “…vincula de manera especial a determinados miembros de la familia, dirigiéndolos a través de una conciencia común.” (Bert Hellinger) Y, por cierto, trabajaremos con la Rueda de las Cuatro Direcciones, como una herramienta guía del enfoque constelar y vincular y ejercicios de imaginación activa.

Si bien el ciclo estacional tiene que ver con el sol, con un símbolo del padre, las dinámicas internas que suceden, en el lapso de tiempo de su inicio a su fin, representan un itinerario vincular de la mutualidad diádica madre-hijo. En el proceso de la vida el padre da estructura, la madre movimiento, el padre da apoyo, la madre sostén. Hay, entonces, un itinerario de la primavera a invierno que expresa las relaciones de los hijos con la madre y de la madre con los hijos. No por nada el mito griego de la fundación de las Estaciones está asociado a Deméter (arquetipo de la madre) y su hija Perséfone. En suma, “La relación con la naturaleza, que despierta fuertes sentimientos de amor, reverencia, admiración y devoción, tiene mucho en común con la relación con la madre, como siempre lo han reconocido los poetas.” (Melanie Klein).

Este recorrido es un viaje. Como, del mismo modo, es un viaje el itinerario por las estaciones.  Un viaje que vamos a hacer juntos. Y, dado que: “…la mejor manera de viajar es sentir. / Sentirlo todo de todas las maneras. / Sentirlo todo excesivamente, …” (Fernando Pessoa), les proponemos hacer un viaje por los sentires, porque los sentires no son solo afectos, son existencia. El sistema habita en nuestros sentires y, al desplegar una travesía por ellos, peregrinamos por nuestro sistema. La verdad no cabe en palabras, reside en los sentires. Y, los sentires, son vínculos.

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