¿Con qué frecuencia te estás comiendo todo lo que está a tu alcance y aun así sientes que no es suficiente para llenar tu vacío?
¿Cuándo fue la última vez que quisiste ordenar tus hábitos alimenticios pero los atracones fueron más fuertes que tu fuerza de voluntad?
¿Cuánto miedo te da mirar que hay detrás de tu atracón de comida?
Nuestro mundo afectivo está fuertemente relacionado con nuestros patrones alimenticios. Lo primero que hacemos al llegar a la vida es respirar y lo segundo es comer. Nuestra relación con el patrón de alimentación se forma desde nuestros primeros tiempos de vida cuando nuestra madre nos alimentaba y pasábamos desde la satisfacción de una necesidad de apego a generar un vínculo de amor.
Tus antojos y atracones no deben ser juzgados si no que más bien entendidos para encontrar un equilibrio entre lo que biológicamente necesitamos pero también satisfacernos psicológicamente. Tu patrón alimenticio en el mejor de los casos debería ser dinámico, flexible y adaptable.
Te invitamos a un taller especialmente diseñado para ti para que puedas leer ese mensaje entre líneas que tu vacío emocional tapa con un antojo, desde la visión vincular y sus implicaciones sistémicas.
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