Hay una realidad evidente, que puede ser dolorosa o puede ayudarnos a convivir con las vicisitudes de la vida: no podemos controlarlo todo. En las relaciones, en el dinero, en la salud: tarde o temprano aparece lo imprevisible. Lo acabamos de vivir, de modo global, con el Covid.
¿Cómo reaccionamos frente a lo incontrolable? ¿tenemos apertura a algún nivel de error? ¿O nos volvemos rígidos, estrictos, con miedo al cambio y necesitados de orden así sea uno que nos reprime y castiga? ¿O nos entregamos al caos con impotencia o como quien da un salto de fe?
Desde lo transgeneracional, en nuestros sistemas familiares hemos vivido la tensión entre el orden y el desorden, entre el control y el descontrol. Muchas veces el orden férreo se expresa en lealtades inflexibles y el caos de lo indeterminado en parientes excluidos que efectuaron transgresiones y excesos.
La ciencia habla de la entropía, del principio de incertidumbre y la teoría del caos. Jung decía que todo orden tiene un caos y todo caos un orden.
En lo arquetípico tenemos a Artaban, el cuarto rey mago, cuya historia complementa el mito de los tres reyes magos con la sabiduría del caos y la cabida de la vulnerabilidad, que encierra poderes ocultos.
Te invitamos a vivir este taller con el método de Constelaciones Familiares Andinas.
Te esperamos!
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