El cuerpo es una geografía emocional, guarda la memoria de lo vivido y está organizado como lenguaje, es un símbolo que habla. Imagínalo como una gran base de datos donde para sanar se nos pide ingresar al registro fuente de nuestro padecer para darle un lugar a aquello que ha sido ocultado, silenciado o reprimido.
En nuestro cuerpo no solo está grabada la memoria de nuestra historia biográfica, sino que también habitan los pasos transitados por nuestro sistema familiar. De esta manera, la familia habita en el cuerpo y éste refleja a través de síntomas no solo mi historia, sino que también se incluyen las memorias familiares.
El cuerpo requiere la expresión de los afectos y la familia expresa lo no resuelto en el clan a través del cuerpo, así nuestro cuerpo es un vínculo.
En este taller, queremos invitarte a conectar con tus “síntomas y su relación con lo sucedido en tu familia” porque nuestras afecciones y dolores se pueden curar pero no se sanan hasta que no se sane el vínculo que los sostiene, que le da motivo de existir.
¡Te esperamos!
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