“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”, dice Juan Preciado en la célebre obra de Juan Rulfo, retratando esa herida tan latinoamericana de la ausencia dolorosa de la figura paterna.
En muchísimos casos, el ‘fantasma de papá’ nos intimida, perturba y enoja en su abandono no solo físico, sino afectivo, sentimental, en su incapacidad de expresar emociones, en su rol de extraño ocupado, violento y severo, ajeno de empatía, con el que el patriarcado le ha hecho daño también a los hombres.
Los roles sociales que generalmente se le asignaban a papá y a mamá eran muy disparejos en la crianza, de forma que muchas veces la función paterna solo fue la de proveedor. Y esto generó una herida -incluso cultural- de abandono en el desarrollo del hijo. La lejanía de papá estaba permitida mientras que una materna era tremendamente condenada.
Las consecuencias las sentimos en el desequilibrio de la energía masculina, que es la parte nuestra que nos ayuda a estructurar, concretar, proteger, sentir confianza con el mundo exterior.
Desde la parte sistémica cuando el padre se ausenta invita inconscientemente a los hijos a cubrir roles distintos en la familia; lo que provoca que, al crecer, les sea complicado ir hacia su propia vida.
Desde la parte mítica, esto fue lo que le pasó a Telémaco: el hijo del guerrero y viajero Ulises, quien lo dejó 20 años cuando era solo un niño; por lo que el pequeño -herido de su falta- debió cubrir la protección física y afectiva del reino, de los deberes familiares y de su madre.
Te invitamos a este taller para enfocarnos en la herida de alejamiento paterno desde la mirada sistémica y arquetípica de Constelaciones Familiares Mágicas.
Te esperamos!
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