Desde la necesidad de justicia en la sociedad hasta el sentido religioso judeocristiano, la culpa rebasa nuestro psique individual y se convierte en un gran peso colectivo en nuestra conciencia asociada a la penitencia y a la vergüenza culturales o al pecado y al castigo divinos.
Culpable o no, el sistema familiar arrastra la culpa como un legado: con heridas de impunidad o de arrepentimiento insalvables que se heredarán de generación en generación.
Desde el punto de vista mítico, la culpa es un complejo arquetípico que tiene un cauce natural -y positivo: es asumir una responsabilidad, encarar las consecuencias de nuestras acciones- y otro construido colectivamente -que posee y condena- que podemos deconstruir desde lo mítico (Edipo, Hércules y los viajes al inframundo) y lo religioso (el pecado original, etc.).
Te invitamos en este taller a trabajar la culpa en equilibrio: la necesaria que nos permite ser responsables y la desequilibrada: que nos atrapa, encadena y expía “para siempre”.
Te esperamos!
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